
En compañías que tienen un código estricto de saco y corbata para los hombres, y zapatos de tacón y faldas para las mujeres, el viernes casual es la oportunidad de ir a trabajar con zapatos deportivos y camisas de manga corta. Algunas compañías incluso permiten jeans, remeras y zapatillas, pero en otros casos se requiere un atuendo de negocios algo más informal (saco y camisa, pero sin corbata, o bien pantalones de vestir y zapatos sin taco para las mujeres). El viernes casual se aplica tanto a los empleados de menor jerarquía como también a los gerentes.
Esta costumbre se inició en los Estados Unidos en los últimos años de la década del 50, cuando se buscaba subir la moral de los empleados en el nuevo ambiente de oficina. En ese momento, sólo algunas compañías alentaban esta práctica y no era tan popular. Pero en los años 70, cuando la producción de ropa deportiva comenzó a popularizarse, hubo una campaña masiva por parte de las empresas que fabricaban este tipo de ropa para hacer que el viernes casual se extendiera por todas las oficinas.
El propósito del viernes casual es hacer sentir a los empleados más a gusto, y relajados para disfrutar del fin de semana que está por comenzar. Algunas empresas han dado una vuelta de tuerca a esta tradición y les cobran a los trabajadores una pequeña cifra por permitirles vestirse de manera casual. El dinero recaudado se destina a obras de caridad o bien a comprar los regalos de navidad para el personal de la empresa.
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